viernes, 1 de julio de 2016

Crítica Expediente Warren 2: El caso Enfield



Nos volvemos a pasar por aquí, y espero que este año pueda dar mucho más de si este blog y dar un paso adelante.

La película que nos concierne hoy es, probablemente, una de las secuelas de terror más esperadas de los últimos años. En esta segunda entrega, los Warren afrontan un nuevo caso, en esta ocasión situada en Inglaterra, donde un espíritu está atormentando a una familia, depositando su foco especialmente en la más joven de la casa.

La primera entrega de Expediente Warren causo un gran impacto en la época estival de hace tres años. Su director, consiguió crear una atmosfera envolvente de suspense, tensión y terror bastante efectiva, con la que supo encandilar a crítica o público. Esta segunda entrega, sin embargo, no parece que haya despertado las mismas sensaciones que la anterior. En mi caso, me ha parecido mucho mejor que la anterior, ahora expondré mis argumentos de porqué.

Si bien la primera entrega era muy entretenida, no me fui del cine con la sensación de haber presenciado algo novedoso, cosa que nos vendieron a base de bien, tanto antes como después de ver la película. Y que incluso se sigue comentando años después. Por supuesto, mucho tiene que ver el que en dos años, nadie ha sabido igualar su propuesta, con la única excepción de la excelente The Witch (La Bruja). Por suerte, creo que esta segunda entrega eleva el nivel respecto a la anterior, con dos puntos clave en esta set-piece: su fantástica ambientación y Vera Farmiga.

 
Uno de los quebraderos de cabeza la película es un personaje ciertamente instranscendente. Han dicho que va a haber spin-off de la monja.
Por supuesto, nuevamente vuelve a desarrollarse la práctica totalidad de la película en una casa, en esta ocasión en un pueblo de Inglaterra, donde un espíritu-poltergeist-ente que solo quiere molestar (el futuro fantasma de la Unión Europea), tiene en suspense a una familia formada por la madre más sorda o con el sueño más profundo del mundo, y una serie de niños a los que les encanta el peligro (no fueron pocas las ocasiones en las que, pensé a ver porque no corría alguno de ellos ante algo que te está acosando y que no tiene buena pinta, qué decir del Hombre Torcido!). Más allá de que a nivel narrativo la familia está llena de los típicos clichés del cine de terror, sí que es cierto que, pese a que algunos sustos o sobresaltos se ven venir a la legua, otros son completamente inesperados, siendo beneficioso para todos por supuesto, y mucho tiene que ver precisamente en que los personajes no se comportan de un modo común, normal, como creo que haríamos todos ante algún peligro, más aun siendo en nuestra casa: correr, huir, protegerse. A medida que pasan los minutos, tanto el argumento como la situación van adquiriendo una tonalidad mucho más oscura, hasta llegar a un clímax final muy efectivo y que le da sentido realmente a todo lo que ha ido ocurriendo en la película. Justo en este último tramo, es cuando se desarrolla una de las escenas más novedosas (a mi parecer) del cine de terror de los últimos años (casualmente, estas cosas las solíamos ver con mayor frecuencia en la década de los 80 y 90), cuando realmente todo se hace real y el peligro es real (y difuso en los ojos del protagonista).

Vade retro pecadorl
Pese a que algunos han destacado la figura de Madison Wolfe como uno de los aciertos de la película, que por supuesto lo es, y parece que la joven actriz puede tener un gran futuro por delante, creo que las figuras de Patrick Wilson y sobre todo, de una increíble y creíble Vera Farmiga, se disponen como el eje principal de esta cinta. Madison Wolfe tiene a favor que, a partir del momento en el que realmente comienza la trama, cuando comienzan los sueños, movimiento de objetos, ruidos extraños y posesiones, por supuesto gana enteros. Sin embargo, creo que los momentos en los que más destaca la joven de la familia (mujer, ya que son 4, dos hermanas mayores y dos hermanos pequeños, que poco aportan a la película, más allá del Hombre Torcido) es precisamente antes y después de estos eventos, cuando se puede ver reflejado en su cara el más profundo de los miedos y el no saber ni ser consciente (porque, aunque le ocurriese a un adulto, aun ni se ha rascado la superficie de esa supuesta barrera que separa la vida de la muerte) de que y porque le está ocurriendo esto a ella. Todo, además, enfocado desde un punto de vista infantil ¿Quién no ha tenido sueños extraños o de niño ha pensado cosas que luego de mayor hemos descubierto que no son verdad? ¿Y si es porque directamente hemos dejado de pensar en ello, por no haberlo podido comprender y pensar que eran cosas de niños?, en el que, la madre, en el que otra interpretación histriónica más de Frances O´Connor le hace ser uno de los puntos débiles de la película, al principio por supuesto piensa que son cosas de críos, hasta que lo comprueba ella misma. Muchos os preguntareis desde ciertos momentos si es que la madre no se entera de nada o pasa de todo. La historia trata de enfocar o redimir estas situaciones, haciéndonos ver que su marido y el padre de la familia les han abandonado para irse con otra mujer. De todos modos, no es ni mucho menos la peor madre de la historia del cine de terror, pero si la más pasota o sorda.
Por esto nos decían que no había que jugar con el loctite.
Pero, por supuesto, hay que hablar de Patrick Wilson y Vera Farmiga (aca los Warren). Sí que es cierto el que, me da que en esta segunda entrega han querido equilibrar mucho más los roles de ambos (en la primera parte, de forma bastante descarada, era más protagonista el que ella), pero en ese intento, el Director, James Wan (nuevo baluarte del cine de terror y su esperanza máxima para muchos), ha realizado el ejercicio contrario. Creo y no me creería que nadie me lo discutiese, que la protagonista absoluta de la película es Vera Farmiga, que además, es el Warren más interesante y del que más cosas se pueden contar. Además de que, gracias a sus visiones se le puede sacar mayor partido. Desde la primera entrega, tengo la impresión de que Patrick Wilson es más un corta-pega de muchos actores que uno en sí mismo, y sin embargo ahí le vemos, haciendo un hueco poco a poco en la industria americana. Su interpretación en ambas películas ni mucho menos va a pasar a la historia, pero su rol de me doy cuenta en el último momento de todo y salvador de historias, es una que hemos visto en muchas ocasiones por el cine de estos lares. De hecho, al final de ambas películas hace lo mismo: tirar de crucifijo y que Dios nos proteja a todos. Como si eso fuese a pasar. Por suerte, todo Warren malo tiene su Warren bueno, y en cierta forma, se complementan (aunque narrativamente, la visión final es una cagada de cuidado). Vera Farmiga, que va ganando enteros tanto en cine como televisión para desmarcarse como una gran actriz y para tenerla en cuenta de cara a cosas más grandes en próximos años (ya tendría que haber ganado algún premio por Up in the air), es el eje central real de la película. Si vale, hay un espíritu atormentando a una familia en un pueblo de Inglaterra y ellos van desde EEUU a resolverlo pero, lo que se cuestiona el espectador, y esta puesto así gracias a un buen directo como es Wan, es que demonios está pasando con las visiones de Lorraine Warren y esa dicho bruja pálida que debería ver la luz del sol y arder hasta convertirse en cenizas. La interpretación de Vera Farmiga, que sabe trasmitir obviamente mucho mejor el susto y el terror que la niña acosada, tanto por cosas de la edad o como porque, algunas ya, como jóvenes-adultos que somos, lo entendemos e interpretamos mejor, es de antología, potenciado, eso sí y espero que no quede mal, por sus fantásticos ojos, los cuales domina a la perfección (y sino, para ver un ejemplo de lo contrario, ved Batman vs Superman, y me contáis). Una mirada puede transmitir muchas cosas, pero cuando los Warren entran en escena y en sus visiones, lo que trasmiten son el más profundo de los miedos y de la incredulidad (como los tendríamos todos después de las elecciones de este domingo anterior). Una mirada, que puede llevarla a los altares de la interpretación.

 
Run Lorreine, Run!
En resumen, Expediente Warren 2: El caso Enfield, es un gran pasatiempo, desmarcando como la 2ª mejor película de terror del año (insuperable The Witch), elevando el nivel tanto a nivel narrativo como interpretativo de su precuela, contemplando a una gran Vera Farmiga y teniendo que aguantar a una serie de niños, que al final no sabes si quieres que comprueben que está pasando o que se queden en sus camas tranquilamente sufriendo. Una buena película para ver este verano en el cine. A nivel personal, recomiendo ir en sesiones de madrugada o sesión golfa, ya que seguramente será cuando menos molestias tengáis para ver perfectamente la película. Cuando fui el viernes anterior, tuve que sufrir bastante a un grupo de “adolescentes”, que antes de salir los créditos iniciales empezaron a chillar (el inicio en Amitville), es más, peor aún es que chillaban sin motivo alguno, por lo que os lo podéis ahorrar perfectamente. Aunque, si sois de los que chilláis o tenéis algo de claustrofobia por algunas circunstancias de la vida, preparaos bien, porque no os vais a despegar del asiento en los 134 minutos que dura la película.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sentiros libres de opinar lo que deseeis, para eso esta el blog ^^